viernes, 12 de noviembre de 2010

Año 2010

Podríamos comenzar diciendo estimados, colegas, amigos, compañeros tal vez, pero simplemente quisiéramos empezar con una simple pero bella palabra: hermanos.

Y como hermanos con una vocación común, quisiéramos contarles, desde nuestra humilde pero firme mirada, el camino que transitamos, junto, quizá no con todos, pero si teniéndolos presentes, durante este año 2010

Un camino, que como tantos otros, tiene su origen o su génesis, siempre antes del punto de partida. Y la nuestra fueron unas charlas de a veces tres o cuatro solamente, en el arzobispado durante el año 2009, donde intentando comprender la realidad universitaria, apreciamos que el sector más vulnerable por largos años es y ha sido el colectivo docente; aquellos quienes permanecen en las instituciones, quienes son fuente de inspiración y formación de los futuros profesionales, y quienes con su vida brindan testimonio de Jesús.

Es por ello, que el año 2010, ha sido el año que hemos dedicado principalmente a quienes dedican una parte importante de su vida a la docencia universitaria, esos hermanos que reparten su tiempo entre el trabajo y la educación por un futuro mejor, que muchas veces están en tres, cuatro o cinco universidades, tomando sueños prestados para construir un porvenir distinto.

Así que ese ha sido nuestro camino, con ensayos, con errores, pero ciertamente con grandes aciertos. Un camino que se caracterizó por escuchar y en razón de esa escucha tratar de dar una respuesta a las necesidades, expectativas y trabajo de todos en su conjunto.

Y para terminar con este humilde prólogo, dicen que una imagen vale más que mil palabras...

No hay comentarios:

Publicar un comentario